En el entorno
actual, donde la velocidad de cambio supera a la capacidad de reacción de
muchas empresas, no basta con aplicar marcos ágiles o predictivos de forma
aislada. Se requiere una aproximación flexible, estratégica y basada en el
contexto. Es aquí donde la Agilidad Disciplinada (Disciplined Agile, DA)
se presenta como una solución práctica y altamente adaptable.
En este
artículo exploramos qué es, cómo funciona y por qué puede ser una excelente
opción para organizaciones que buscan resultados reales más allá de las modas
metodológicas.
¿Qué es la Agilidad Disciplinada?
Disciplined
Agile no es una metodología en sí misma, sino un conjunto estructurado de
herramientas para tomar decisiones de procesos. Desarrollado por Scott
Ambler y Mark Lines, y ahora parte del portafolio del Project Management
Institute (PMI), DA ayuda a los equipos a definir su propia forma de
trabajar (Way of Working, WoW) en función de su contexto real.
Su enfoque
parte de tres principios clave:
DA integra
prácticas de diversos enfoques: Agile, Lean, Kanban, Scrum, SAFe, e incluso
marcos predictivos como PMBOK. Su versatilidad lo convierte en una opción
robusta para organizaciones con estructuras complejas o en proceso de
transformación.
¿Cómo elegir tu Way of Working (WoW)?
Una de las
mayores fortalezas de DA es que no impone un modelo único, sino que
orienta a los equipos para que elijan su WoW de forma consciente y basada en
evidencia.
El proceso de
selección considera factores como:
A través de
guías prácticas y árboles de decisión, DA permite construir un proceso a
medida, adaptado a la realidad del equipo y alineado con los objetivos del
negocio. Esto no solo mejora la efectividad del equipo, sino que reduce la
resistencia al cambio al incorporar prácticas conocidas y adecuadas al
contexto.
¿Funciona la Agilidad Disciplinada en contextos predictivos, ágiles e
híbridos?
Sí. Y este es
uno de los mayores valores de DA.
A diferencia
de otros marcos que se centran exclusivamente en entornos ágiles, DA reconoce
la legitimidad de enfoques tradicionales cuando el contexto lo requiere. Esto
la convierte en una herramienta especialmente útil para organizaciones que
trabajan en modelos híbridos o que están en transición hacia la agilidad.
Algunos
beneficios observados en organizaciones que han adoptado DA incluyen:
DA no fuerza a
una transformación radical, sino que facilita una evolución gradual y
sostenible, alineada con el nivel de madurez y las necesidades del negocio.
Entonces, ¿por qué no es más popular que otras metodologías?
Es una
pregunta válida. Si DA aporta tanto valor, ¿por qué no ha reemplazado a otros
marcos como Scrum o SAFe?
Las razones
son estratégicas, no técnicas:
1.
DA no es una metodología
prescriptiva, lo que exige mayor capacidad de análisis y
madurez.
2.
Su curva de adopción es más
exigente, ya que promueve la toma de decisiones
personalizadas.
3.
Otros marcos tienen una mayor
penetración de mercado y marca (Scrum, por
ejemplo, es sencillo y ampliamente difundido).
4.
Implica un cambio de mentalidad, lo cual representa un reto cultural para muchas organizaciones.
5.
DA no pretende competir, sino
complementar. Su objetivo no es desbancar, sino integrar
prácticas inteligentes para mejorar la forma de trabajar.
Conclusión: Elegir con inteligencia, más allá de las modas
La Agilidad
Disciplinada representa un cambio de paradigma. No propone una receta
universal, sino una forma estructurada de pensar y decidir cómo trabajar
mejor, según la realidad de cada equipo y cada organización.
En una época
donde la presión por "ser ágiles" puede llevar a decisiones
improvisadas, DA ofrece una alternativa sólida, profesional y alineada con los
objetivos del negocio.